LA REVOLUCION DE BELL
viernes, 21 de febrero de 2014
DEDICATORIA
DEDICATORIA
Dedico este libro a los hombres de voluntad de
acero, a los grandes rebeldes, a las águilas altaneras, a los que no doblegan
jamás su cerviz ante la fusta de ningún tirano, a los superhombres de la
humanidad, y a los grandes pecadores arrepentidos, porque de ellos saldrá una
raza de Dioses.
Sé demasiado que toda esa fauna de mentecatos
Teosofistas, Rosacrucistas y Espiritistas de Colombia, lanzarán una vez mas sus
difamaciones contra el Maestro de la Fraternidad Universal Blanca, Aun Weor,
por el solo hecho de ser colombiano, pues es una tremenda verdad que nadie en
su tierra es profeta.
Si alguien viene de oriente hablando inglés y
sánscrito esa fauna de pietistas y mojigatos, le besarán los pies, aunque se
trate de un impostor, pero que en Colombia, exista un Maestro colombiano, eso
si no lo pueden aceptar esos intonsos de espiritualismo, y llenos de ira
acabarán de remacharle los clavos de su cruz a martillazos, y se mofarán del
Maestro, y le escupirán el rostro porque es una tremenda realidad, que nadie en
su tierra es profeta.
Por ello leemos en el versículo 24, capítulo 4
del Nuevo Testamento estas palabras del Cristo: "Y dijo: De cierto os
digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
Así pues, no es de extrañar que los mismos
espiritualistas de Colombia traten de ridiculizarme, "porque el mismo
Jesús dio testimonio de que el profeta en su tierra no tiene honra"
(Versículo 44 capítulo 4 del nuevo testamento).
Este Sublime mensaje que yo Aun Weor le entrego
a la humanidad, inevitablemente será rechazado por la mayor parte de los
sabihondos del Rosacrucismo, del Teosofismo, del Espiritismo y hasta por
ciertos grupos de castrados volitivos llenos de mojigatería y pietismo, como
los denominados Hermanos Herméticos de Luxor, famosos por su pereza mental, los
denominados Martinistas, secuaces del mago negro Papus, los denominados
Budistas libres, entre los cuales abunda el Homosexualismo. Los partidarios de
Max Heindel, famosos por su ignorancia los explotadores de las distintas
religiones del mundo; y es que es tremendamente real y verdadero, que las
muchas letras corrompen.
Se cuentan por millones los eruditos del
espiritualismo que lo saben todo, y no saben nada, ellos discuten, ellos
polemizan, ellos argumentan y se declaran amos del saber, pero en el fondo no
son sino pobres mentecatos llenos de odios, llenos de egoísmos, llenos de
envidias, llenos de intrigas y rencores.
Y es que para llegar a la Alta iniciación no se
necesita ser erudito, lo que se requiere es ser perfecto, como nuestro padre
que está en los cielos es perfecto.
A la Alta Iniciación no se llega con el
intelecto sino con el corazón, y existen verdaderos maestros de la Fraternidad
Blanca que ni siquiera saben leer ni escribir, y sin embargo son grandes sabios
iluminados.
El tiempo que pierden esos mentecatos de las
tan famosas escuelas espiritualistas, llenándose la cabeza de teorías y
misticismos enfermizos que a nada conducen, debieran emplearlo en corregir
todos sus defectos y acabar con todas sus lacras morales, porque al Gólgota de
la Alta iniciación solo suben las almas de corazón puro y santo.
El intelecto no llega jamás a la iniciación. Al
Gólgota de la Alta Iniciación solo llega él corazón, la mayor parte de
espiritistas, teosofistas, rosacrucistas etc., están ya corrompidos, y tienen
la cabeza llena de teorías absurdas y prejuicios ancestrales, ellos no le dan
"pase" a nada nuevo. Cuando entró en circulación nuestro libro
titulado «El Matrimonio Perfecto», no hubo espiritualista de Colombia que no
lanzara contra nosotros la infamia de sus críticas, y es que los estultos no
estudian para aprender, sino para criticar.
Cada escuela, sociedad o logia espiritualista
tiene su «tiranuelo» y su camarilla» de mentecatos; que no quieren nada nuevo.
Ningún «jefecillo» o tiranuelo de aula» o logia, quiere admitir nada qué pueda
amenazarle la existencia y él «negocio» de su congregación.
Dentro de poco rugirán los cañones de la
tercera guerra mundial, y entonces, los que hoy se burlan de Aun Weor tendrán
que escucharlo. (Y en qué forma horrible).
"La justicia es la suprema piedad y la
suprema impiedad de la ley".
Los Dioses juzgaron a la Gran Ramera (La humanidad)
y la consideraron indigna, la sentencia de los Dioses es:
¡Al Abismo! ¡Al Abismo! ¡Al Abismo¡
¡Hombres de la edad de Acuario! ¡Hombres del
siglo XXI! Hombres del siglo XXX, permaneced firmes en la luz, acordaos que los
hombres del siglo XX, fueron unos bárbaros, y que todos ellos perecieron y
fueron castigados por sus maldades. Que esto os sirva de ejemplo para que
permanezcáis firmes en la fe de Cristo.
¡Hombres de Acuario!: Apurad vuestro camino
hacia la luz, redimios y fusionaos con vuestros íntimos antes de que los
malvados del siglo XX salgan del abismo. Un nuevo signo de tinieblas se acerca,
(Capricornio) y a vosotros os toca estar alertas y vigilantes, porque la tierra
será nuevamente invadida por las «Almas-Demonios» de la edad negra que en el
siglo XX yo Aun Weor encerré en el abismo para que vosotros tuvierais la
felicidad que ahora estáis disfrutando.
¡Hombres de Acuario!: a vosotros especialmente
dedico este libro que los bárbaros del siglo XX no entendieron. Hombres del
siglo XX oíd la palabra de Jehová: "Así ha dicho Jehová de los ejércitos:
Así quebrantaré a este pueblo y a ésta ciudad (la civilización actual como
quien quiebra un vaso de barro que no puede mas restaurarse, y en Topheth
(valle de la matanza) se enterrarán, porque no habrá otro lugar para
enterrar." (Cap. 19 Vers. 11 Jeremías).
EN EL VESTÍBULO DEL SANTUARIO
EN EL VESTÍBULO DEL SANTUARIO
(Por Julio Medina V.)
El hombre en la ciudad, se ha convertido en
idólatra del "Becerro de Oro", o sea del dinero, que es hechura del
mismo hombre. Por medio del dinero todo se clasifica y justifica, y en resumen,
viene a ser la máxima aspiración en la actual civilización. Tanto el hombre que
perdió su juventud adquiriendo conocimientos por medio, del estudio intelectivo
como el que nada ha estudiado llegan a esa misma aspiración: "el
dinero" Tanto para el que mucho tiene como para el que nada tiene, el
dinero es la panacea para todos los males, es en lo único que están de acuerdo
los que saben y los que nada saben, los que tienen y los que nada tienen.
Cuando el gran iniciado Moisés subió entre
truenos, rayos, relámpagos y tempestades al monte Sinaí para conquistar las
Tablas de la Ley; no tuvo temor de las dificultades en medio de las cuales se
debatió para adquirir los diez mandamientos de la ley de Dios, que son las
leyes del código de la Naturaleza. Todo su inmenso sacrificio se estrelló
cuando, bajado de la montaña, encontró al pueblo de Dios adorando al
"becerro de oro", a ese mismo dinero que hoy ha embriagado totalmente
a la especie humana, y lleno de profundo dolor e indignación rompió las Tablas
de la Ley, es decir, el conocimiento adquirido por él con tanto sacrificio, no
pudo llegar a manos del hombre porque el hombre estaba adorando a las cosas de
su propia hechura. Hoy ha llegado al máximun esa idolatría, y el hombre tendrá
que saber por propia experiencia cual será el resultado de haberse roto contra
sus costumbres e idolatría de falsos ídolos: las leyes del código de la
Naturaleza.
En lo material todo ha progresado, en el campo
moral el hombre se ha hecho un perfecto artista y el campo espiritual lo
recuerda como una posible promesa. La palabra misterio ha servido de rótulo
maravilloso para clasificar lo que el hombre impreparado no alcanza a
comprender. El hombre en si, no ha progresado, más bien se ha hecho inútil. Si
al hombre civilizado se le quitan los elementos de que se vale para ser
poderoso, daría lastima su aspecto. Le parece que en la comodidad está su
felicidad y con afán la busca y la consigue, pero después de que la obtiene la
desbarata caprichosamente, y esto lo hace hasta en el campo mismo de sus
sentimientos ínfimos. Así vemos que afanoso busca un amor, lo consigue forma un
hogar cariñoso y respetado. Cuidadoso, y a través de mucho tiempo, va formando
el calor de su hogar, y el día menos pensado él mismo se encarga de
desbaratarlo, como si no sintiera dolor por la obra que él mismo ha realizado,
y si esto hace con su propia obra, con su propio dolor. ¿Qué no será capaz de
hacer con el dolor ajeno?. Se ha hecho poderoso para el mal y trata de
justificarlo recurriendo a la historia, para confirmar que así ha sido el
hombre en todo tiempo y que la historia se repite. ¡Maravillosa forma de
justificar la perversidad! y así sigue preparándose para destruirse; sin
embargo, el hombre cree sinceramente que está buscando el bien y la perfección.
Puede que sus intenciones sean ciertas pero va por otro camino en su búsqueda
de la perfección, porqué le ha puesto más atención a las cosas de su propia
hechura que a las que hace el eterno Dios viviente.
La educación en general es netamente material
aun cuando se la asista con sentimientos piadosos y sabor religioso, porque la
educación actual no logra transformar al ser, lo capacita, pero sigue
acompañado de todos sus vicios y rencores; el malo y el perverso no dejan de
serlo por el hecho de que tengan mucha instrucción. Para que la educación logre
cultivar al ser, es decir, transformar sus malas cualidades en buenas, es
indispensable conocer a fondo las leyes de la naturaleza y la posición del
hombre frente a ellas. La cultura que actualmente se le brinda a los pueblos
solo sirve para hacerlos aptos para el consumo de los elementos que produce el
becerro de oro.
El progreso material tiene íntima relación con
los problemas económicos. El progreso material se traduce en mayor comodidad, y
la mayor comodidad requiere mayor inversión de dinero para la vida cotidiana.
Por una parte, todo el mundo desea y exige mayor comodidad, una completa
facilidad para todo, y por otra, el mismo hombre se queja del costo de la vida.
No se puede invitar al placer sin que asista su hermano gemelo, el dolor, y por
otra parte, el hecho real es que así como una familia sé grava notoriamente,
cuando adquiere comodidades para su hogar, así también los hijos de una ciudad
quedan de inmediato fuertemente gravados en lo económico cuando la ciudad les
brinda mayores comodidades y facilidades, es decir, aumenta de inmediato el
costo de la vida. Una ciudad que pavimenta sus calles tiene que salir el costo
de esa pavimentación del dinero de todos los que la habitan y de los que
transitoriamente la visitan, porque de inmediato la valorización que recibe el
edificio, requiere aumento del arrendamiento, y esto implica aumento de las
mercancías que se adquieren en dicho edificio.
La comodidad es la que ha hecho al hombre
cobarde, por ello le tiene miedo a la vida, a la muerte, al mañana, al que
dirán. El hombre valeroso evade la comodidad porque no tiene miedo.
De ahora en adelante la humanidad recibirá
mucho dolor, y hay que recibirlo con resignación porque es el medio de que se
vale la madre Naturaleza para hacer que sus hijos vuelvan a ella. El dolor
vendrá a ser el yunque con que se fragüe la nueva humanidad. Las razas que han
llegado a gozar de mayor comodidad jamás han sido las de mayor durabilidad como
agremiaciones humanas: esas desaparecen y de ellas solo quedan los vestigios de
su grandeza y opulencia. Lo único que puede acabar con el becerro de oro es el
dolor, porque el dolor fue el camino que nos mostró el Cristo para redimirnos.
Aquí entre nosotros los humildes indios de la
Sierra Nevada de Santa Marta viven sin necesidad del dinero, y se han podido
salvar de la catequización civilizante por nuestro medio porque tanto su número
como la defensa natural que los protege, no lo ha permitido. Su escasa
población no halaga a los productores y fabricantes para obtenemos como centros
de consumo y lo inaccesible del terreno evita que los curiosos civilizados
lleguen hasta sus costumbres tradicionales.
Esos indios no poseen dinero, ni la cultura
nuestra y sin embargo, viven felices y contentos. Ellos trabajan la tierra y
cambian sus productos entre sí, y así solucionan sus necesidades. Las únicas
tribus que ya tienen problemas, son aquellas que se quedaron en la parte baja
al alcance de los civilizados. Los indios que están en las partes altas de la
Sierra, no entienden de problemas, ellos no saben qué cosas son los problemas.
Las ovejas, el fique y el algodón les dan la lana, la pita y los hilos para sus
vestidos y útiles indispensables, y sus mujeres en los ratos de ocio les
confeccionan sus ropas y elementos indispensables.
El hombre se creó sus problemas económicos cuando
se separó de su madre Naturaleza; y el hombre se separó de la Naturaleza cuando
se creó la vida urbana, y en la vida urbana se formó el hombre una vida
artificiosa, y en la vida artificiosa de la vida urbana está el hombre lleno de
los problemas que él mismo se creó. Al hombre le sucede lo mismo que le sucede
al polluelo que se separa de la gallina; si el polluelo tiene frió que busque a
su madre que ella lo abriga con sus alas y le cede su calor; si tiene hambre,
que busque a la gallina, que ella lo alimentará: ella escarbando la tierra
consigue alimentarlo.
Ningún partido político ni el mejor gobierno
organizado es capaz de hacer por el polluelo lo que hace su madre la gallina,
solo ella es capaz de solucionar ese duro y grave problema escarbándoles la
tierra: Solo la madre sabe quitarle el hambre a sus hijos. Ningún líder
político por inteligente que sea, y por grande que sea su doctrina política,
podrá hacer jamás lo que es capaz de hacer la madre por su hijo por el fruto de
su amor. Es que solo la madre conoce y entiende las intimas necesidades de su
hijo, solo la madre puede abrigarlo con su calor y alimentarlo con su pecho,
porque ella es la Naturaleza en miniatura.
El hombre se alejó de su madre la Naturaleza,
cuando se aisló dentro de la vida urbana: entonces el hombre conoció el hambre
y la desnudez, surgieron los problemas, y sé corrompió moralmente, porque quedó
huérfano. Si el hombre quiere solucionar sus problemas económicos, tiene que
regresar al seno de su madre, la Naturaleza, ella siempre aguarda a sus hijos
de sus entrañas, como la gallina a sus polluelos. Ella le da al Hombre la lana
y el lino para que se vista, el fuego para que se abrigue y las maderas de sus
bosques para que construya su casa, su refugio. Así que mientras el hombre acuda
a la vida urbana para solucionar sus problemas estará haciendo todo lo
contrario para redimirse de ellos. El hombre que teniendo hambre, sed y
desnudez, acude a la vida urbana para solventar sus necesidades, se asemeja al
que va a buscar alimentos en medio de las arenas del desierto. El alimento se
busca en donde, se puede producir: en los campos, en los bosques, no en la
ciudad, porque en la ciudad no se produce agricultura: allí solo pueden estar
los que producen dinero, y el dinero hace que los hombres, cuáles fieras, se
devoren mutuamente. Para que el hombre solucione sus problemas, tendrá que
darle 1a espalda a la vida urbana y al Becerro de Oro, los ídolos de su
idolatría, acabar con las fronteras egoístas, porque las fronteras son hijas
del egoísmo del hombre ya que el mundo nos fue brindado sin fronteras, y
regresar a los campos a trabajar, a producir vida para así ganar el pan de cada
día con el sudor de su frente y reverente incline su cerviz ante la simiente
que deposita en la tierra para que multiplique su alimento y el de sus hijos.
Ese día, el hombre no tendrá más problemas porque su madre la Naturaleza le
quitará el hambre, el frío y la desnudez. Los partidos políticos se disolverán
porque los líderes políticos no pueden existir sin masa que los siga y habrá
felicidad.
Ni el comunismo, ni el fascismo, ni el nazismo,
ni el laborismo, ni el socialismo podrán darle al hombre el pecho de su madre
porque solo la madre puede darle el pecho a sus hijos y quitarles el hambre y
el frío.
No hay motivos para que las gentes mueran de
hambre porque la tierra da abundantes frutos para alimentar a todos los seres
que en ella moran. Los animales que mueren de hambre es porque el hombre los ha
encerrado en terrenos y lugares donde no encuentran alimentos, igual sucede con
los hombres que se encierran dentro de la vida urbana. La solución económica
del mundo no consiste en darle mas dinero al mundo porque con el que tiene ya
tiene suficientes problemas. Lo que necesita cada hombre para vivir es una
casita y un pedazo de tierra para cultivar sus alimentos, y nuestra madre la
Naturaleza, proveerá lo demás; para hacer esto no se necesita inventar más
partidos políticos. Los partidos son como muletas para la humanidad inválida.
Acudimos siempre a la Naturaleza poniéndola de
ejemplo para toda enseñanza, porque ella es un libro abierto, y sus enseñanzas
nos las ofrece con ejemplos vividos, con hechos realizados, lo cual nos da
experiencia y la experiencia es la mejor enseñanza, una cosa se conoce es
cuando sé realiza: si no sé ejecuta, solo es para nosotros una teoría. Por ello
tratamos de reincorporar en las costumbres sociales las enseñanzas que nos da
la madre Naturaleza, tratando de hacer discernir a las gentes para buscar lo
que le es más conveniente. Por ello presentamos ejemplos cómo los siguientes:
La mujer del campo cría a su hijo, ella lo alimenta con su pecho porque en ella
manda más su amor que su interés y este alimento se lo brinda cada vez que su
hijo lo demanda y su afecto le indica cuándo lo desea y cuándo no lo desea, sin
tener en cuenta hora, minutó o segundo, porque no tiene reloj ni lo conoce, ni
lo necesita; en cambio a la madre costumbrista de la ciudad no la martiriza el
llanto de su hijo, parece que tuviera el corazón de piedra y al pié de la letra
espera que transcurran las cuatro horas martirizantes que indican todos los
textos de crianza para ofrecerle él alimento. La madre del campo duerme con su
hijo indispensablemente, ella lo defiende con su calor, e intuitivamente hace
que su hijo siga alimentándose con los colores de su aura, o sea de la fuerza
radiante que a manera de aureola sale del cuerpo humano y sobre todo de la
madre, que es todo amor y ternura para con su hijo. Esta fuerza vital es
indispensable para que se restablezca una intima y estrecha conexión externa e
interna entre madre e hijo; en cambio a la dama de la ciudad desde el mismo
momento en que nace su hijo, se le exige qué lo ponga en cama aparte, además
que no reciba el calor de su madre, para que no la mortifique, haciendo con
esto todo lo contrario de lo que hace la madre Naturaleza, cuando le permite al
feto, no solo alimentarse de la misma sangre de su madre sino vivir en medio de
su calor y regazo. Todo esto da lugar a que exista más comprensión y mayor
unión entre madre e hijo entre las gentes del campo y la aldea que entre las
gentes de finas costumbres civilizadas y hace qué el primero se arraigue más a
su madre y a su hogar que el hijo que se cría con tantos códigos, reglas y
sistemas antinaturales lo cual los desnaturaliza.
El materialismo histórico, como teoría de la
ciencia oficial, no puede servir de fundamento para la vida social, por que no
conoce la historia del materialismo y no la conoce ni la pueden conocer porque
desconocen la materia misma y sus intimas funciones vitales que han determinado
la teoría de la materia y el materialismo de la historia. La constitución de la
materia está sujeta a las leyes de tiempo y espacio, y los tiempos no han sido
siempre los mismos, ni los medios ambientes jamás han sido iguales.
La composición físico-química de la materia no
ha sido la misma en todos los tiempos, ni la biología orgánica de hace algunos
millones de años atrás no iguala a la actual. Aquellas peregrinas teorías del
materialismo histórico sobre que el hombre tuvo que alejarse de la Naturaleza y
formar ciudades para favorecerse de las inclemencias de la Naturaleza, son tan
absurdas como pretender sacar a un pez de las aguas para favorecerlo de las
inclemencias de las aguas. Cada organismo esta biológicamente adaptado al
ambiente en qué se mueve y por lo tanto el materialismo histórico como base
para una sociedad bien organizada es completamente inadecuado porque desconoce
la historia misma de la materia, la cual no siempre ha sido igual en su
constitución biológica, física, psíquica, somática.
El materialista nada sabe sobre el fondo vital,
o sea los Tatwas. Los Tatwas son el fondo interno de la materia. Los físicos
admiten el éter para explicarse las leyes de cohesión, gravitación, vibración y
pulsación, pero, para nada nos dicen sobre la constitución misma del éter.
Si la física quiere realizar progresos
eficientes tiene que recurrir al ocultismo y al estudio sobre los Tatwas; que
son las distintas modificaciones del éter, causa fundamental de las tensiones y
distensiones del calórico, del movimiento que produce el calor y sonido, del
calor y sonido producen la luz, la luz que produce el color. Por ello, nota,
luz, color y movimiento; son una sola cosa con distintas vibraciones, y se
desenvuelven, evolucionan y progresan sobre el éter y sus modificaciones
llamadas Tatwas en lenguaje oriental.
La presente obra encierra una serie de
conocimientos incalculables, pero es de lamentar que esta luz no pueda llegar a
los más porqué los mas están solo empeñados en gozar y los qué han estudiado,
ya formaron juicio, están contentos con sus creencias y prejuicios y son poco
amigos de hacer revisiones. Todo esto hace que él hombre no busque la felicidad
dentro de sí, sino fuera de sí. El cree que con el dinero se logra y consigue
todo, más el dinero podrá solo brindarle placeres pero no, felicidad. Los
placeres cansan y desgastan, mientras que la felicidad la constituye nuestro
Íntimo contentamiento y en lo interno no entra el dinero. La felicidad se
traduce en sana belleza y no cansa jamás.
Cuando usted, caro lector, sienta deseos de
considerarnos amantes de lo atrasado y cantantes de la miseria, recuerde que lo
que tratamos es hacer comprender a Ud. que la Naturaleza es un libro abierto y
que en ese libro no se aprende con ínfulas ni con desprecio: le recordamos que
la alquimia de la Naturaleza es mucho más poderosa que la química que emplea el
hombre, le recordamos que el tallo de una flor por obra y gracia de la alquimia
transforma la fetidez del lodo en el perfume de su flor, que de la suciesa del
pantano sale la flor esplendorosa del loto, que de la podredumbre de la
simiente sale el tallo del fruto que nos da alimento, que de los pastos y
basuras con que se alimenta el ganado sale la leche y la carne con los cuales
se alimenta el género humano, y le recordamos qué antes de inspirarle compasión
se compadezca mas bien de su propio cuerpo que exhala pestilencia, porque no
tiene decencia y, si la conoce, no la practica, y que todavía está puerco
internamente porque no sabe hacer lo que hace el tallo de una flor.
Todo el dinero que se emplea en confort, lujo y
comodidad, grava automáticamente la economía de los asociados en cambio el
dinero que se utiliza para facilitar el acceso a esas agremiaciones de los
productos que da la tierra, por medio de caminos, carreteras, vías férreas y
las distintas vías de transportes, disminuyen el costo de la vida, porque esas
medidas contribuyen para aminorar el costo del transporte de los alimentos que
da la tierra y que se producen en las regiones donde hay acceso, al misino
tiempo pone a la ciudad en contacto con los productores, evitando así el
complicado mecanismo de los intermediarios, ya que los terrenos aledaños a los
grandes centros de consumo por su alto costo están en poder de personas que no
labran la tierra.
No puede negarse qué el hombre ha mejorado
notoriamente las especies de que se sirve y alimenta, porque les ha puesto
mucha atención: el agricultor sabe que con la selección de la semilla obtiene
el mejor grano, lo mismo el avicultor, el agrónomo, el ganadero y en fin los
que hacen producir la tierra y sus especies. Los mismos gobiernos en forma
eficaz han contribuido para esa bella realidad; lo único que no ha merecido la
atención del hombre es su misma producción. Hoy en día después de tantos
adelantos y estudios para mejorar las razas de los animales y los frutos y
simientes de la tierra, nada se hace para mejorar la producción humana.
Hay que enseñar al hombre a mejorar su
producción: para entrar a este terreno hay que adentrarse en el conocimiento
del mismo hombre, que lo compone no solamente su cuerpo tísico sino su alma y
su espíritu.
La ciencia contemporánea ha mal enseñado al
hombre, que él acto sexual, o la unión de un hombre con una mujer es un hecho
biológico, semejante a los que cumple el cuerpo de la mujer por su calidad
misma de mujer, dando a entender con esto que es una función que solamente es
biológica llegando hasta el orgasmo, sin darse cuenta los científicos que la
increción hormonal de las gónadas también es función biológica, y que la magia
sexual es un proceso de increción hormonal intensificado: desde el punto de
vista puramente biológico, así que nosotros no violamos la ley biológica; somos
maestros de la Ley Biológica. La ciencia material olvidó por completo el
precepto Bíblico, que en su sexto mandamiento dice al hombre: NO FORNICAR, allí
no dice con quien se le autoriza fornicar, sino secamente NO FORNICAR, es
decir, que el hombre no debe emplear su simiente sino única y exclusivamente
para crear o sea para dejar descendencia... a pesar del visto bueno que las
distintas creencias y sociedades dan a las uniones que no cumplen con la ley de
Dios.
¿No recuerda el hombre que su simiente está
sujeta a las mismas reglas para reproducirse que los demás seres vivientes? Con
repugnancia vemos al hombre que, sumido en la peor ignorancia, usa su simiente
sin seleccionarla, por medio de cualidades y condiciones internas, poniendo su
cuerpo en las mejores condiciones y sobre todo, saber que va a cumplir el acto
más santo mediante el cual él es un Dios creador, y en las peores condiciones y
con las más bajas pasiones se presenta ante la mujer, sin respeto y sin amor,
para hacer todo lo contrarío de lo que ordena el sexto mandamiento de la Ley de
Dios: NO FORNICAR. En estado de beodez exalta sus más bajos sentimientos y por
último como quién va al mercado; da su paga para así sellar el acto vergonzoso
como fiel idólatra del becerro de Oro. Con razón estos hijos de la pasión los
llaman sus propias madres, cuando se refieren al nuevo ser que es gestado: un
"descuido" indicando así que en aquella unión jamás tuvieron la
intención de crear. La Biblia en el Apocalipsis llama a la humanidad, la gran
ramera.
¿Qué puede nacer de esa unión que se verifica
contraviniendo una ley natural?
¿Qué puede esperar el genero humano de su producción humana?
¿Cuál vendrá a ser la calidad moral de esta
nueva simiente que lleva en potencia el germen de los motivos mismos que le
dieron existencia?
¿Qué educador podrá cambiar las bases mismas
que generaron a este nuevo ser? La educación allí tendrá que ser de una
transformación total del ser, y para transformar al ser hay que conocer al ser.
La educación externa, lo podrá hacer apto para
ganarse la vida y capacitarlo en el campo intelectivo para convivir en
sociedad, pero en el campo de la cultura y la decencia, ni le interesa la
cultura ni quiere la decencia.
Esta mala simiente que inconscientemente para
sus genitores se convirtió en un nuevo ser viviente, viene más tarde a causar espanto
a la sociedad de la cual procede. Aquí prácticamente la sociedad viene a ser
víctima de su propio invento.
Luego horrorizada y sin dar con la causa del
mal acude a los peores castigos para su corrección e inventa leyes, cárceles
puñales, panópticos, trabajos forzados, el castigo corporal y hasta la muerte,
para así tratar de regenerar o extirpar el mal; pero el mal no solo sigue en
pié, sino que muy a pesar de las leyes y castigos existentes, sigue avanzando
en forma arrolladora.
Las cárceles y los panópticos son antros de
corrupción: allí tienen cabida las peores indecencias, y el problema sexual
adquiere caracteres repugnantes. Almas perversas, almas afines en convivencia
íntima fácilmente se corrompen unas con otras, y así en vez de extirpar el mal
lo que se consigue es aumentarlo. En estas condiciones las cárceles y los
panópticos para regenerar al delincuente, tienen que ser un rotundo fracaso,
porque la cárcel es un lugar de vicio. Tiranizando al delincuente, se le
aumenta el odio hacia la sociedad de la cual procede; luego ese no es el camino
para regenerarlo, porque no logra la finalidad que se persigue, que es
convertir a aquellos delincuentes en individuos útiles a la sociedad.
Reformar es volver a formar y si se va a
combatir el mal con violencia, con castigos vergonzosos, con grillos y cadenas,
esto viene a aumentar el mal. Al mal no se le opone el mal porque lo aumenta.
Al mal se combate es con el bien, que es su contrarió, como ser el calor del
frío, lo duro de lo blando, la luz de la oscuridad.
Al mal para extirparlo se le opone su
contrario, el bien. Si los delincuentes causan mal a la sociedad, para
regenerarlos hay que buscar, el modo o la forma, de que le hagan bien á la
sociedad, o sea lo contrario del mal, y esto es factible haciendo que el
castigo se convierta en cosas provechosas para la sociedad, y para ello
exponemos los siguientes puntos:
1º- Fundar granjas agrícolas con suficiente
cantidad de tierra para su labranza y el cultivo de alimentos que den vida.
Allí la agricultura, la avicultura, la apicultura y todo aquello que sea
creación, da vida. Cuando el hombre hace producir la tierra se agita dentro del
plan divino. Para nuestro gobierno esto no es problema porque dispone de
inmensos baldíos. El dinero que se emplea para cárceles, emplearlo en colonias
agrícolas, donde cada penado tenga su pedazo de tierra y luego según sus
merecimientos, lo tenga fuera de las colonias cuando haya cumplido su condena y
viva con su mujer, aislándolo así de la vida urbana y evitándole que vuelva al
lodo del cual procede.
2º- Todo hombre que tenga un arte o una
profesión, que pague su condena trabajando dentro de las granjas en lo que es
experto.
3º- Mantener psicólogos que estudien las
aptitudes de los penados y luego se les enseñen oficios y artes según sus
aptitudes. La enseñanza debe ir acompañada de buena asistencia social,
películas regeneradoras y libros constructivos etc.
Con estas medidas se logra abaratar la vida y
en vez de estar el Estado manteniendo perezosos y, formando expertos en el
ocio, lograría una superproducción agrícola y por consiguiente, abaratamiento
de la vida. Así en lugar de ser los presos un estorbo, pasan a ser necesarios,
de consumidores, pasan a productores, de carga pesada para la sociedad, pasan a
ser un alivio para los pueblos.
Existen dos clases de producción bien definidas
y al alcance de toda comprensión: LO QUE NECESITA EL HOMBRE PARA VIVIR Y LO QUE
NECESITA PARA SU COMODIDAD.
Lo que necesita para vivir, lo crea Dios y lo cultiva el hombre.
Lo que necesita para su comodidad lo elabora el
hombre con los productos que crea Dios.
Lo primero es primordial para la vida y su
consumo iguala a los hombres.
Lo otro no es primordial y su consumo lo divide
en muchísimas clases, según el uso y consumo de lo que el hombre elabora.
Podríamos decir, que el hombre según se ocupe
en cultivar las cosas que crea Dios; o sean las que sirven para dar vida, y las
que elabora el hombre; que son las que sirven para su comodidad. A los unos, se
les llama campesinos, labriegos, colonos, etc., y los otros, obreros,
artesanos, profesionales, etc. Los campesinos según las cantidades que producen
van adquiriendo los nombres de agricultores, ganaderos, hacendados, etc. Los
obreros y artesanos según las cantidades que producen pasan a ser fabricantes,
industriales, magnates, burócratas etc. Dentro de los elementos que el hombre
construye para su comodidad, quedan incluidos los que usa para su defensa y los
que le sirven para mantener sus vicios y placeres.
El hombre como fiel idólatra del Becerro de
Oro, desdeña las cosas que crea Dios y se esmera por las que él elabora. Esto
ha permitido que el campesino, que es el que se encarga de brindarle al hombre
los elementos que le sirven para dar vida, haya quedado relegado, ni se le
tiene en cuenta, y si se le recuerda, es en forma compasiva; en el escalafón
social no ocupa puesto, solo por el hecho de no poseer finas costumbres que
vienen a ser en resumen el resultado a que aspira nuestra cultura actual. En
cambio, los que elaboran los elementos para su comodidad, para sus vicios y
placeres y hasta para la muerte, forman la élite social en medio de aplausos y
sonrisas.
Pero una cosa es la justicia del hombre y otra
cosa es la justicia de Dios. Al hombre que crea para la vida, le da: Valor, paciencia,
mansedumbre, humildad, resignación, sinceridad, fe, amor, caridad, justicia,
que son DONES Y VIRTUDES, todo esto se traduce en íntima complacencia, en
satisfacción plena; en cambio, los otros se hacen poderosos, pero una cosa es
ser poderoso y otra cosa es ser virtuoso. Lo uno, vale ante los hombres. Lo
otro, vale ante Dios.
Todas estas reflexiones las vamos haciendo a
nuestros lectores para que aprendan a discernir, y el discernimiento los
conduzca a establecer una diferencia entre lo real y lo ilusorio. Entre el
derecho divino y el derecho social.
Es un hecho real que hoy estamos asistiendo
nosotros a la catástrofe final de la falsa civilización moderna. Este orden de
cosas se está agotando a través de grandes cataclismos sociales y el hombre es
impotente para conjurar el mal, porque el hombre no ha discernido, es decir,
está cayendo ciego en el abismo de la desesperación. No se necesita ser
filósofo para comprender la catástrofe actual de la falsa civilización moderna.
La vida en las ciudades se hace cada día más insoportable y el costo de la vida
peor. Los líderes políticos ofrecen panaceas, pero al tomar el mando, sus
respectivos partidos políticos, sus afiliados se sienten defraudados, porque
las promesas siguen siendo lo que realmente son.
La humanidad quiere poner un abismo entre lo
humano y lo divino y ahí está precisamente el error del hombre, porque dentro
del mismo hombre está lo divino (El Íntimo) que quiere actualizarse a través
del trajín de la vida diaria, pero el hombre busca escapatorias; el hombre con
todas sus creencias, lo que hace es alejarse de sí mismo.
El hombre que se afilia a escuelas
materialistas o espiritualistas, busca solo escapatorias, quiere eludir el
conflicto, sacarle el cuerpo, siente miedo y pereza de conocerse a sí mismo
para resolver sus propios conflictos. Las escuelas, creencias, filosofías,
etc., son formas ficticias de consuelo. La verdad no consiste en ser
materialista ni ser espiritualista, sino en ser realista, o sea realizarse a
fondo, abordarse a sí mismo, enjuiciar a su personalidad sin pero-orgullos de
virtud, (porque todo el mundo se siente virtuoso) sin hipocresías, sin poses
falsas, pietismos fingidos, sentando nuestra propia personalidad en el
banquillo de los acusados para juzgarla sin consideración ninguna, severamente.
Luego trazarse una severa disciplina moral y ética, para así acabar con las
raíces más íntimas de nuestros propios conflictos. Los conflictos son hijos de
nuestra propia ignorancia. Estos conflictos individuales sumados vienen a dar
los conflictos sociales.
Hoy más que nunca se necesita que el hombre
comience a pensar por sí propio. Las gentes no quieren usar su criterio sino
que se acomodan al ajeno y opinan como opinan sus jefes. El problema de la masa
es el problema del individuo, y mientras este no aprenda a resolver sus propios
problemas, la masa entera de la humanidad estará llena de incertidumbres,
sufrimientos y calamidades que en vano los lideres políticos intentan resolver,
porque ellos mismos están llenos de problemas y primeramente tienen que
aprender a resolver sus propios problemas para luego intentar resolver los
ajenos. Hoy la masa desilusionada aspira a la catástrofe porque está
martirizada y así pretende salir rápidamente de su desesperación y por ello, a
diario oímos frases como ésta:
"Antes de estar guindando es mejor
caer". Esto da una idea clara del desespero de las masas y la magnitud de
la catástrofe.
La mente del hombre tendrá que libertarse de
las trabas del deseo, del miedo, de las apetencias, (La vida muelle) de las
ansias de acumulación, del egoísmo, porque todo esto coacciona la mente y la
incapacita para discernir entre lo real y lo ilusorio, lo mutable y lo
permanente, lo útil y lo inútil así como entre lo más útil y lo menos útil.
La mente actual del hombre es un barco que va
de puerto en puerto, y cada puerto es una escuela, una teoría, una creencia,
una secta, un partido político, un concepto de bandera, una filosofía, una
religión y cuando la mente se ancla en esos fondeaderos mentales, entonces se
encierra dentro de esos muelles para accionar y reaccionar incesantemente con
sus PRE-conceptos allí establecidos. Una mente así, está incapacitada para
comprender la vida libre en su movimiento, una mente así, es esclava del yo
animal y de las energías estancadas de la vida, donde existen conflictos,
luchas de clases, donde existen el hambre y el dolor.
La mente del hombre necesita libertarse del
batallar de las antítesis que la dividen y la incapacitan como instrumento del
Íntimo. El hombre razonativo, por medio de la elección mental, comete el error
de dividirse a si mismo, y de ello resulta la acción errada y el esfuerzo
inútil de donde surge el conflicto y la amargura. Si queremos resolver nuestros
propios problemas individuales tenemos que aprender el uso y manejo de la
mente. El pensamiento debe fluir integralmente, sin el proceso de la opción
(opinión) que divide la mente en opiniones tan opuestas. La menté debe fluir
serena, Integralmente, con el dulce fluir del pensamiento, guiada únicamente por
la intuición, que es la voz del Íntimo, la flor de la inteligencia; de ello
resulta la recta acción, el recto esfuerzo y la plenitud perfecta. La llama
evocadora de la nueva era es la luz del pensamiento.
El hombre no vive el presente sino en medio de
las experiencias del pasado y las preocupaciones del mañana. Ve el presente a
través del colorido de las experiencias del pasado, por consiguiente, el
presente lo ve desfigurado y por lo tanto, no ve la realidad del presente y,
sin embargo se llama a sí mismo hombre práctico.
El nuevo mundo no será un mundo de conquistas
militares ni de líneas fronterizas, sino el de un nuevo estado de conciencia,
que ya está naciendo al margen de todas las limitaciones. Banderas rojas y
azules están llenas de prejuicios ancestrales; todo ello pertenece al pasado, a
lo que ya dio su fruto. Ya pronto resonarán las campanadas de la Pascua de
Resurrección de Acuario. Cuando la llamarada del entendimiento ilumine la faz
de la tierra, todos los problemas del mundo desaparecerán y no habrá sino
felicidad.
El amor es la base de la vida, y es conveniente
hablar del amor a la luz de la ciencia oculta. Las gentes necesitan un
conocimiento más profundo sobre esa vivencia íntima del amor. Las gentes hasta
ahora no han recibido una luz sobre esos problemas hondos de la conciencia;
millones de filósofos han querido explicar lo que no se puede explicar. A cada
momento oímos hablar del amor, en las salas, en las calles, en los clubes, las
gentes hacen diversos comentarios sobre los distintos problemas del amor, pero
nadie ha comprendido jamás a fondo lo que esa fuerza misteriosa que dormita en
el fondo de todos los corazones humanos. Los filósofos, a través de sus
elucubraciones mentales, quieren ajustar el amor a reglas fijas y frías, como si
el amor fuera frío o estuviera sujeto a reglas.
Con profundo dolor observamos que las gentes
confunden la pasión morbosa con el amor, hasta tal punto que ya la humanidad no
sabe cuándo es pasión carnal y cuándo es amor.
El amor hasta la fecha actual es un misterio
para la humanidad. Solo la ciencia oculta puede descorrernos el velo de ese
algo delicioso que jamás hemos comprendido pero que siempre hemos sentido en lo
hondo del corazón, como una sed devoradora, como una contemplación divina, y
esa divinidad, alcanzamos a sentirla por medio de la forma, (figura de la
materia) y cuando el novio ama y contempla a su novia, ésta, sintiéndose amada
y absorbida, no cambia ese instante por todo el oro del mundo porque su amor
puro y vivido la remonta hasta la exaltación y allí en medio de un éxtasis
sublime siente las delicias del amor, no se pertenece y hasta se siente ajena.
Así, espontáneo como le nace a uno hablar, se
acerca más a la verdad del amor que cuando trata artificiosamente de formarse
conceptos lógicos sobre ese algo que no admite conceptos.
Muchos desilusionados del amor ven el final de
una tragedia amorosa como una catástrofe, pero es que las gentes, confunden lo
que es una vivencia del alma con lo que es una pasión carnal. El amor no puede
traer jamás desilusiones cuando lo que se siente es amor. Durante un trance de
amor y cuando los que se aman se sienten en plena contemplación, no les
interesa que les expliquen lo que es el amor. Y es que lo que se siente se
siente y nadie puede sentir teorías.
El matrimonio, a través de la gnosis, exige
afinidad de pensamientos, afinidad de sentimientos, unión de voluntades,
vivencias afines de las conciencias (que internamente sientan lo mismo), y
aspiraciones idénticas.
En el hombre existen siete estados de conciencia,
los cuales deben vibrar al unísono con los siete estados de conciencia de la
cónyuge. El matrimonio debe verificarse en lo físico, en lo vital, en lo
astral, en lo sentimental, en lo volitivo, en lo conscientivo y en lo místico,
cada uno de estos siete estados de conciencia se relaciona con cada uno de los
siete organismos del hombre.
Es verdad que a muchos se les hace raro eso de
hablar de los siete organismos que tiene el hombre, pero si el lector tiene
interés y lee con detenimiento, comprenderá lo que tratamos de explicar sobre
las bases mismas del amor.
Esos siete cuerpos del hombre son los siguientes:
1º Cuerpo físico
2º " vital
3º " astral
4º " mental
5º " de la voluntad
6º " de la conciencia
7º " espiritual
Estos siete organismos son totalmente
materiales porque es un hecho real que nada puede existir, ni aun Dios, sin el
auxilio de la materia. Cada uno de estos cuerpos tiene su anatomía, su
biología, su fisiología. Por ello, el médico ocultista cura rápidamente porque
conoce la anatomía de esos siete cuerpos del hombre.
Un matrimonio perfecto se realiza sobre la base
de que todos los siete organismos del hombre verifiquen el connubio sexual con
todos los siete organismos de la mujer.
Hay quienes están casados con cuerpo físico,
pero en el mundo del deseo no están casados por incompatibilidad emotiva y
sentimental; en este caso dicho matrimonio es un fracaso. Se dan casos de
parejas que están desposados en el mundo físico y aun en el mundo emocional,
pero sus cuerpos mentales no efectúan el connubio sexual; dichas parejas
tienen: pensamientos, planes, proyectos desafines entre sí, es decir, no
comparten en el mundo de la mente; en estos casos, el matrimonio tampoco es
perfecto. Hay ciertos cónyuges que física, emocional y mentalmente, vibran
afines, pero cuando se trata de tomar una decisión en la vida diaria, entonces
chocan sus voluntades y surge el conflicto; estos matrimonios tampoco son
perfectos. Hay conciencias que vibran desafines aunque en los demás aspectos,
dichas parejas sean afines; en estos casos, tampoco el matrimonio es perfecto,
porque para que el matrimonio sea perfecto, se necesita que los siete
organismos del hombre verifiquen el connubio sexual con los siete organismos de
la mujer.
Muchas veces un hombre y una mujer que son
simplemente amigos en el mundo físico y que se comprenden mentalmente en una
forma mutua, sucede que en el mundo de la mente universal dichas almas son
marido y mujer, aunque en el mundo físico éstas estén desposadas con otros
cónyuges. Esto dará una clara idea al lector de lo que significa el
conocimiento oculto del hombre que cada día más desconoce el hombre.
Cuando el matrimonio solo se verifica en el
mundo físico, solo existe la relación genésica, lo único que los une es la
relación sexual. Cuando el matrimonio logra ser en lo "Físico y
Vital", existe además de lo anterior, afinidad de gustos y pensamientos.
Cuando el matrimonio logra ser en lo "Físico, Vital y Astral", a más
de lo anterior, existe afinidad de emociones. Cuando el matrimonio se logra en
lo "Físico, Vital, Astral y Mental", además de lo anterior, existe
afinidad de pensamientos y sentimientos. Si el matrimonio comprende lo
"Físico, Vital, Astral, Mental y Voluntad" a más de lo anterior, hay
afinidad de voluntad, de resoluciones, decisiones, aspiraciones, etc. Si el
matrimonio se logra en lo "Físico, Vital, Astral, Mental, Voluntad y
Conciencia", a más de lo anterior, se logran: afinidad de conciencia,
amor, ideas, aspiraciones, ideales, etc. y por último, el matrimonio en
íntimos, en el que solo pueden estar casados los que pertenecen al mismo rayo,
y esto viene a ser: "EL MATRIMONIO PERFECTO", EL MATRIMONIO GNÓSTICO.
Existen dos clases de vínculos matrimoniales:
El Kármico, que comienza del plano físico hacia arriba, y el Cósmico, que se
realiza de arriba hacia abajo o sea el de una pareja que recibe una misión para
cumplir en los planos superiores, y luego se van encontrado en los distintos
planos y van también verificando los distintos matrimonios hasta encontrarse en
él plano físico, dando lugar a los grandes amores, a los cuales no arredra ni
la muerte porque viven dentro del amor, y el amor los hace Inmortales, siendo
ellos también un MATRIMONIO PERFECTO.
Una gran mayoría de seres se van encontrando a
través de las edades y van siendo marido y mujer en distintos retornos y en
distintos lugares de la tierra, produciendo esto gran afinidad y mutuo
conocimiento. Todo esto nos da a entender, lo grave que es, el que el hombre o
la mujer verifiquen el matrimonio por conveniencias propias o puramente social,
lo cual da lugar a una serie de martirizantes condiciones que tienen que
soportar los desposados, siendo para muchos el matrimonio, una pesada carga o
una tremenda desgracia para su oscurecida mentalidad.
Hoy en día la mujer no busca un hombre para
casarse como es lo natural, sino que busca un "partido". Esto huele a
banco, a negocio. Este partido implica: que el individuo sea adinerado o que
posea un cargo bien remunerado, o que tenga destacada posición social, o que
haya conquistado un título académico que le permita vivir holgadamente. Todo
ello es un insulto a la majestad del amor, todo ello, solo dolor y desilusión
puede traer.
Al hombre joven siempre se le presenta una
mujer pura y honesta con quien poder formar un hogar, y con la cual puede
dignificar su vida y asegurarse una ancianidad patriarcal en medio de un hogar
lleno de amor y ternura con una esposa e hijos que velen por su ancianidad;
pero sucede que el joven mal instruido por el ejemplo desolador y vergonzoso de
sus mayores, también es amigo del cambio de mujeres, y con unas y otras pierde
su juventud y virilidad llegando A la vejez sin hogar y sin mujer y sin quien
le alcance un vaso de agua en su lecho de su enfermedad. Entonces, busca y no
encuentra, pide y no le dan. Ese es su castigo. "Prenderán al impío sus
propias iniquidades y detenido será con las cuerdas de su pecado"
(Proverbios de Salomón Cáp. V. Vers. 22). Realmente así termina la vejez del
concupiscente.
La humanidad es esclava del sexo. ¡El gnóstico
es su rey! Porque el gnóstico sabe honrar al sexo y sabe que en su propia
semilla radica la raíz misma de su existencia, su simiente es para procrear,
para vivificarse y redimirse.
La humanidad se avergüenza del sexo, pero la humanidad
de lo que debería sentir vergüenza es de su corrupción, no del sexo, porque el
sexo no es culpable del mal uso que la humanidad ha hecho de él.
Las enseñanzas de esta obra conducen al lector
a la raíz misma de nuestro ser, que es el sexo, que es el origen mismo de
nuestra existencia, pues todo ser humano es hijo de un hombre y una mujer. Sin
embargo, algunos semi-virtuosos que quieren aparentar castidad, se horrorizan
del tema sexual y de los nombres con que se representan por motivos de enseñanza
de las cosas que pertenecen al sexo. Parece que estos virtuosos noveles no
tuvieran padre ni madre; que se hubieran formado del viento, no saben ellos que
para el puro, todo es puro, y para el impuro, todo es impuro. Pues sepan ellos
que al hombre no lo transforma sino el sexo, y no lo regenera sino el sexo,
porque es hijo del sexo y por el sexo vive. Por esa puerta entra al mundo y por
ella sale, por esa puerta salió del paraíso y por ella misma volverá a entrar
para conquistarlo.
El que insulta al sexo o se horroriza del sexo,
insulta a Dios, porque Dios hizo al mundo con el sexo y está dentro del sexo.
Del sexo solo se horrorizan los decrépitos porque ya agotaron su savia en las
bacanales y la fornicación. Del sexo solo se horrorizan los hipócritas fariseos,
los sepulcros blanqueados. Hay quienes se horrorizan de la magia sexual y sin
embargo, adulteran a diestra y siniestra, superando a las peores bestias; esos
son los que difaman y es que cada cual da de lo que posee: el sabio da
sabiduría y el hipócrita difamación.
Las aduanas motivan la mayor erogación para la
economía de las gentes, ellas tienen en su poder una verdadera llave económica
que pesa terriblemente sobre los consumidores. Para saber a quiénes favorece el
sistema aduanero, no hay más que hablar públicamente sobre la supresión de
ellas y veremos quienes son los que se alarman, y seguramente allí no tiene
cabida la teoría de los más.
Nosotros abogamos por el libre intercambio
comercial, no a base de dinero como hoy se usa, sino de productos y que chicos
y grandes podamos tener igualdad, equidad y fraternidad, en forma cristiana,
estimo que cuando alcancemos esa paridad, hemos encontrado el principio
económico internacional de la futura edad de Acuario.
De seguro que este sistema no causaría alarma
en las gentes del pueblo porque a ellos los favorece, solo se alarmarían los
que hoy gozan de los sistemas actuales o sean los menos. ¿Pero qué ha creado el
hombre que no caiga? Este sistema político económico del libre intercambio sin
barreras aduaneras y sin los controles que tanto descontrolan, desplazaría
totalmente al hoy existente y que nos mantiene en permanente alarma.
Cuando nosotros hablamos de reincorporar al
hombre a la vida natural, al seno de su madre la Naturaleza, lo primero que
surge entre los lectores, son los defensores de la vida urbana, porque no
conocen otra vida, el primer interrogante que de ellos surge es: creer que
nosotros abogamos por el salvajismo de las cavernas y de la edad de piedra, a
ellos les contestaremos con el axioma oculto: (gnóstico) "El fin es igual
al principio más la experiencia del ciclo" aquí también, la primera idea
que surge en el lector y el oyente, es la figura del "círculo
vicioso" (salir del salvajismo para volver al salvajismo) y esto porque la
mayoría de los lectores no nos leen con ánimo de aprender sino de criticar,
pero al círculo a que nosotros aludimos, "se realiza en forma de
espiral"; es decir, "Que todo regresa al punto de partida, pero con
los frutos de las experiencias milenarias, lo cual significa regresar al
comienzo, pero con una cultura superior a la que sirvió de fundamento para el
espiral de la vida"; aquellos fueron los cimientos seculares de nuestra
espiritualidad triunfante y victoriosa.
El hombre le tiene temor a las dizque inclemencias
de la Naturaleza y por ello prefiere vivir encerrado dentro de la vida urbana,
pues le parece que en el campo no podrá gozar del lujo, confort y comodidades
que le brinda la vida urbana y sin embargo, vemos cómo en New York por ejemplo,
muchísimos comerciantes de (Wall Street) que durante el día trabajan en medio
del ruido tormentoso de la ciudad y en medio del trabajo brutal de los
negocios, ya por las tardes, salen huyéndole a la vida urbana para pasar la
noche en sus mansiones, quintas y chalets situados en los campos y a grandes
distancias de la urbe y allí en la tranquilidad del campo, tienen a sus esposas
y sus hijos; esto nos da a entender a las claras, que ya los habitantes de las
grandes urbes, están comenzando a regresar al seno de la Madre Naturaleza.
Este género de política que nosotros
preconizamos, significa trasplantar cada cual el confort y comodidades de la
ciudad, al seno de la Madre Naturaleza, así abogamos por medios de transportes
cada vez más rápidos y eficientes, carreteras y vías férreas que atraviesen el
planeta en todas direcciones, pequeñas villas comerciales, artísticas, y
culturales, desde las cuales se puedan gobernar sabiamente los destinos de la
colectividad, es decir, nosotros queremos convertir al planeta entero en una gigantesca
ciudad, llena de confort y comodidades de toda especie.
¿Qué objeto tiene el que sigamos viviendo todos
pegados unos contra otros como sardina en caja?
¿Qué necesidad tenemos de construir casa contra
casa, y habitación sobre habitación?
¿Acaso el mundo no es suficientemente grande y
espacioso como para que todos podamos tener nuestra confortable residencia,
nuestra huerta, y nuestro jardín?
¿Qué necesidad tenemos de atormentarnos unos
con otros y de respirar el aire viciado de las grandes urbes?
Convirtamos al planeta tierra en una gigantesca
ciudad, en cuyos dominios jamás se ponga el sol.
¡Esta ciudad celestial será la nueva Jerusalén,
descendiendo del cielo de Dios, como una esposa ataviada para recibir a su
marido! (El Cristo).
La edad de Acuario se inició, y es
imprescindible que la humanidad despierte del letargo en que se encuentra. El
hombre solo ha conseguido con su primordial ambición, el adulterio, al haber
contribuido a multiplicar la maldad esparciéndola por medio de su simiente
concupiscente a todos los ámbitos de la tierra. Aquí y allá nacen a diario los
despropósitos, y el nuevo ser lleva en su germen latentes fuerzas del mal
contra las cuales se estrella toda educación, toda cultura y toda religión.
El hombre por medio de todas sus creencias y
sentimientos le ha puesto más atención a la moral que a la ética hasta el
extremo de que la juventud cree que eso solo debe usarse en el ramo de los
negocios. No señores, la ética proviene nada menos que de los diez mandamientos
de la ley de Dios, del Decálogo, que son las leyes del código de la naturaleza,
que sirven para todos los tiempos, para todas las razas y, por consiguiente,
para todas las culturas y todas las civilizaciones. La ética de la Naturaleza
es superior a la moral convencional de los hombres, esa moral, es hija de las
costumbres de cada raza, y el hombre la usa cuando está en presencia de los
demás, mientras que la ética pone al hombre permanentemente en presencia de la
divinidad a través de la augusta eternidad...
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